martes, 7 de abril de 2015

LAS VANGUARDIAS


VANGUARDIAS 


¿QUÉ ES UNA VANGUARDIA? Minoría que extrema las tendencias ideológicas, políticas, literarias, artísticas, etc., de un grupo o movimiento más numeroso, o que anticipa las que después irán ganando adeptos.
El término vanguardia ha sido uno de los más utilizados para el desarrollo del arte en el siglo XX, sea para definir posturas ante el arte y su papel en la sociedad, sea para ordenar el estudio de la historia del mismo siglo. Convirtiéndose así en un fenómeno nuevo respecto a otros periodos de la historia, importante para comprender el arte de nuestra época, y solo en ésta aparecen expresiones como: Arquitectura de vanguardia, música de vanguardia, cine de vanguardia, etc. El término es de origen medieval y se usaba en el lenguaje militar. Ya en el siglo XIX empezó a ser utilizado en sentirelación al arte y, en el XX constituye un termino clave para el mundo del arte.  


Entre las últimas décadas del siglo XIX y las primeras del siglo XX, en casi todos los países con un cierto grado de desarrollo industrial se puso de manifiesto un sentido del presente y un ansia de romper con los estilos del pasado. Fue un momento agitado y complejo, en el que la búsqueda de lo nuevo convivía con la permanencia del pasado: rechazo de la máquina y aceptación de nuevas tecnologías ( que exploraban o anticipaban el futuro), agitación social y anarquismo a la par que consolidación de los valores de la cultura burguesa, además la crisis arte-sociedad se evidencia siendo la característica que conlleva la vanguardia. Se conoce como vanguardias históricas a los estilos artísticos que aparecieron en la primera mitad del siglo XX. Su propuesta rupturistas fue tan radical que más de un siglo después siguen siendo el paradigma del arte de vanguardia, dado que en la época se produce en el arte una auténtica revolución de las artes plástica. Escultura y pintura, participan de los mismos supuestos. Los movimientos vanguardistas son más una actitud ante el arte que una estética, que abandonará la imitación de la naturaleza para centrase en el lenguaje de las formas y los colores. Es la hegemonía del inconsciente, de la reconstrucción mental de la obra. Al espectador se le exige una nueva actitud ante la obra de arte. Los estilos dejan de ser internacionales para ser característicos de un grupo de artistas. 

DESARROLLO DE LAS VANGUARDIAS.

Para entender las razones por las que las vanguardias artísticas se desarrollaron, es necesario echar la vista atrás, al siglo XIX. Tres acontecimientos políticos, la constitución de la segunda y la tercera República Francesa (1848 y 1871) y la Primera Guerra Mundial (1914), provocaron una reacción intelectual en contra de la sociedad de la época. Empieza así el estereotipo de artista incomprendido, bohemio y comprometido con una serie de valores contrarios a todo ese mundo convulso que provocaba situaciones miserables y desafortunadas A estos tres acontecimientos políticos, se debe añadir uno artístico de obligado nombramiento, el comienzo de los llamados Salones de París, unas muestras artísticas anuales de elevado prestigio que contaba con un jurado tradicional y conservador, y de donde fueron rechazados la mayoría de pintores impresionistas. Estos inauguraron, por iniciativa propia, los llamados Salón de los Rechazados con la intención de que su trabajo, aunque no fuera aceptado en la muestra principal, pudiera ser apreciado y valorado por el público. Quizá fue este el primer gran desencuentro entre el mundo artístico y el intelectual de la época, que no había hecho más que empezar. A este precedente se debe añadir el panorama de principios del siglo siguiente, lleno de cambios y aportaciones significativas que modificaron ciertas ideas y modos de vida: la Segunda Revolución Industrial, con la aparición del motor de explosión, la publicación de la Teoría de la Relatividad de Albert Einstein y la Interpretación de los sueños de Sigmund Freud, la popularización de la fotografía, el nacimiento del Cine… anunciaban a voces que algo en el mundo estaba cambiando. 

IMPRESIONISMO (1874), NEOIMPRESIONIMO (1884) y POSTIMPRESIONISMO (1910). 

Aunque algunos historiadores dejan fuera de la clasificación de vanguardias al Impresionismo, fue el primer movimiento que se rebeló contra los gustos que imperaban en la época. En su caso, el Impresionismo no buscaba el rechazo del público, sino que se olvidaba de la acogida que pudiera tener su trabajo, en favor de una nueva manera de captar la realidad que tarde o temprano se acabaría reconociendo, como así fue. El precursor de este movimiento fue Eduard Manet. En su trabajo se puede apreciar el paso de la pintura tradicional al modo de hacer impresionista. Con el paso del tiempo Manet recurre a pincelada directa, con mucha carga, aunque nunca con tanta decisión como lo harían los siguientes autores impresionistas, todos ellos estudiosos, admiradores e influenciados por Manet. El grupo lo componía Degas, Renoir, Monet, Pizarro, Sisley y Cezanne. 


 Tras unos comienzos dubitativos y llenos de pruebas, el Impresionismo como tal nace en una exposición celebrada en los salones del fotógrafo Nadar. Era una muestra en la que participaban un total de treinta y nueve pintores, conscientes ya de formar un grupo y de tener unos objetivos iguales que defender. En esta exposición se encontraba una obra de Monet llamada Impresión, Sol naciente que, burlonamente citada por un crítico dio nombre al grupo. Pone toda su atención en captar la realidad, el instante, la impresión. Es una pintura de aire libre, que se resuelve ante el motivo en cuestión. Dado que las condiciones lumínicas de los paisajes cambian a cada segundo, requiere una pincelada rápida y directa, que permita resolver una obra en pocos minutos. Es lo más parecido a la fotografía instantánea hecha pintura. Interesa esa luz del amanecer, el reflejo de la luz en un edificio en la caída del sol, la luz reflejada sobre el río a medio día. Esa es la razón por la que las obras impresionistas dieron la sensación, a final del siglo XIX, de ser obras inacabadas, imperfectas, y por tanto, fueron despreciadas Acabada la época del desarrollo del Impresionismo, y gracias a las nuevas tecnologías de impresión (especialmente influyente fue la fotografía y el descubrimiento de la cuatricromía, que conseguía infinidad de colores con la mezcla de los colores primarios), surge el Neoimpresionismo o puntillismo, llevado a cabo fundamentalmente por dos autores, Georges Seurat y Paul Signac. Aprenden la lección impresionista y la aplican de un modo más científico, más controlado, mucho menos espontáneo y fresco. La pincelada se hace corta, racional y estudiada. Fuera de estos dos movimientos quedan tres autores, de obligada mención, como son Vincent Van Gogh, Paul Gaugain y Henri de Toulouse-Lautrec. Se les dio el término histórico-artístico de Postimpresionistas en una exposición celebrada en Londres en 1910, pues, aunque su trabajo no es en absoluto semejante, les une el hecho de haber comenzado su trabajo con el Impresionismo ya afianzado y comienzan su andadura pictórica con un nuevo modo de hacer, en los tres casos de manera muy personal e innovadora y de con una visión más subjetiva y manipulada del mundo. Van Gogh transforma la pincelada impresionista en una con más carga y muy ordenada, dando nuevas soluciones formales y cromáticas. Gaugain fue un artista que reivindicó lo bidimensional y lo decorativo. Su época en Taití, donde vivió los últimos años de su vida, es la más famosa. Ese destino brindó a Gaugain los paisajes y los colores que buscaba. Toulouse-Lautrec fue un gran ilustrador y se le considera el precursor del cartel publicitario.
 Fauvismo 1905 / 1907 :
El Fauvismo cuestiona el Arte como representación de la realidad, abogando por un arte subjetivo que expresa sentimientos por medio del color. Término acuñado por el crítico de arte Louis Vauxcelles tras contemplar una exposición (fauve es el término francés para fiera), lo denomina así por su violencia cromática, por sus agresivos contrastes, tintas planas, simplicidad en el dibujo y su ausencia de claroscuro. Los historiadores lo consideran una reacción al Impresionismo. Si éste trataba de enfrentarse a la realidad por medio de la visión, el Fauvismo intenta pintar con la mente. Sus autores principales son Matisse, Derain, Dufy y Braque. 

 Cubismo 1907 / 1914. 
Cubismo es el nombre que se le dio al movimiento desarrollado principalmente por el español Pablo Picasso y Braque. Curiosamente fue también L. Vauxcelles el encargado de denominar al movimiento. Se caracteriza por destruir la óptica renacentista como único punto de vista. Es capaz de representar varios puntos de vista a la vez en una misma imagen, superando así a su rival representativo, la fotografía. Afirma la bidimensionalidad aunque sugiere cierta profundidad con un particular claroscuro. Niega la luz impresionista y los modula en tonos neutros y pardos, mediante el uso de la faceta (pequeños planos de color superpuestos) y la introducción en el Arte con mayúsculas de técnicas como el collage. Es un movimiento que no trata de captar la realidad presente ante el artista, sino que crea, a partir de la realidad, una imagen propia,nueva. Se basa en la anterior pero que no intenta parecerse a ella, sino aportar más información, incluso, que la propia realidad. Otros componentes de este movimiento fueron Juan Gris, Francis Picabia, Franz Leger y Albert Gleizes. 
















Expresionismo 1905/1913. Estilo surgido en Alemania que trata de dar al espectador una visión de los sentimientos del artista. Forma, color y textura están al servicio de esa transmisión de los estados de ánimo del autor. Supone el inicio de la pintura abstracta en sentido estricto ya que se desvincula por fin del referente. Es una pintura subjetiva que deforma y exagera. Sus grandes influencias fueron autores consagrados como Goya, el Greco, y otros más recientes como el belga James Ensor y el noruego Edvard Munch. Los dos grandes grupos de artistas del movimiento fueron los llamados “Die Brücke” (el puente) en Dresde formado principalmente por Ernst Kirchner y Emil Nolde y “Der blazer Reiter” (el jinete azul) compuesto por Vasily Kandinsky, Franz Marc, Paul Klee en Munich, ambos con objetivos y rasgos comunes aunque con alguna diferencia estilística que les dividía. 


 Futurismo 1909/1914. 
El primer manifiesto futurista se publica el 20 de febrero 1909, en el periódico parisino “Le Figaro”, escrito por Filippo Marinetti, escritor italiano, que casi con un rigor dogmático no dudaba en afirmar que “un automóvil rugiente, es más bello que la Victoria de Samotracias”. Con ello se exaltaba la modernidad, lo tecnológico, lo mecánico y rompe una lanza a favor de sus cualidades estéticas de estos objetos industriales infravalorados según esta vanguardia. Aunque el movimiento acaba pronto, en 1914 y 16 , tras la I Guerra Mundial algunos de sus componentes radicalizan sus posiciones y se relacionan ideológicamente con el fascismo italiano en las elecciones de 1919. Sus mayores exponentes fueron Humberto Boccioni, Gino Severino y Giacomo Balla. Con el tiempo se produjo un redescubrimiento (cosa frecuente en la historia del arte), pues además de profundizar en las cuestiones ideológicas y políticas, ponía de relieve aquellos aspectos que hacían del futurismo un movimiento de vanguardia de extraordinaria resonancia en su momento, influyendo en movimientos como El Dadaísmo, el Constructivismo ruso, el Surrealismo y que, a largo plazo lo sitúan como punto de referencia, el arte de los años sesenta. 


Dadaísmo 1915/1922.
El más radical y agresivo de los -istmos de principios de siglo nació en Zürich (Suiza) obra de Tristan Tzara. Fue una vanguardia anarquista que se mostró rotundamente en contra de cualquier norma social, moral o estética. Contundente, destructor y provocador, basado en lo absurdo, lo elemental, lo casual y lo azaroso (la misma palabra dadá que designó el movimiento se escogió de modo arbitrario en un diccionario). Su objetivo principal era cuestionar unos criterios artísticos fuertemente afianzados y aceptados en la época. El ejemplo máximo de Dadá fue el artista francés Marcel Duchamp que, a través de los denominados ready-mades (objetos industriales sin valor, elevados a la categoría de obra de arte por el simple hecho de exponerlos en un museo bajo una firma y una fecha) trató de ridiculizar la veneración pasiva y poco crítica del público burgués. Gracias al movimiento dadaísta, el Arte abrió sus fronteras y aceptó otros modos de expresión artística, lo que fue su mayor aportación. Era el nacimiento de lo que hoy denominamos arte conceptual. Además de Duchamp, los componentes de este grupo fueron Hans Arp, Francis Picabia, M. Ernst y el fotógrafo Man Ray. 


 Surrealismo 1924/1939.
Comienza con un manifiesto escrito esta vez por el poeta André Breton. El término lo acuña el escritor G. Apollinaire. Se desarrolla, como se puede deducir por las fechas, en un periodo inestable de entreguerras en el que los intelectuales tratan de comprender la profundidad psíquica del hombre, los sueños, lo inconsciente. Los escritos y teorías del psicoanálisis de Sigmun Freud aportó base científica e ideológica, y las obras de Füsli y Blake la influencia artística. Podemos hablar de dos tipos de Surrealismo pictórico y dos grandes grupos de pintores surrealistas. Por un lado, los pertenecientes al Surrealismo figurativo, entre los que se encontraban Max Ernst, René Magritte, Dalí y Chagall, quienes exploraron el surrealismo desde una óptica de realismo formal, pues, a pesar de sus deformidades y transformaciones, nunca abandonaron la referencia real de los objetos. Por otro lado, el Surrealismo abstracto contaba con Yves Tanguy, Miró, Klee y Hans Arp. Parte fundamental esta tendencia fue la escultura. Giacometti, Henry Moore, Alex Calder, M. Ernst y Man Ray. 


Suprematismo 1915/1919.
Vanguardia de origen ruso que comienza con el manifiesto de Casimir Malevitch. Busca la sensibilidad pura del arte a través de un lenguaje plástico nuevo, sin referencias figurativas ni influencias artísticas previas. Evita cualquier referencia de imitación a la naturaleza recurriendo a módulos geométricos de formas puras y perfectas de color austero, en especial el uso del blanco y el negro con algún color poco saturado. Al ser obras de pocos elementos, y además geométricos, tendrá mucha importancia la composición y distribución de éstos en las obras. 

Constructivismo 1913/1920.
Esta nueva vanguardia comparte origen y fechas con la anterior, por lo que su desarrollo es paralelo y ambas se vigilarán de reojo en su evolución. El constructivismo, con alta carga política e ideológica propia de la revolución rusa, pretende la unión entre las artes, pintura, escultura y arquitectura, por lo que comparte objetivo con una del las escuelas más famosas de la Historia del Arte, la Bauhaus. Este hecho no es casual, pues varios constructivistas fueron profesores o impartieron seminarios en algún momento en dicha escuela alemana. Sus autores principales fueron Vladimir Tatlin, El Lissitzky, Antón Pevsner y Naum Gabo. Prueba de lo completo de este movimiento es su manifestación cinéfila obra de Eisenstein, quien tiene en la cinta de “El acorazado Potemkin” un gran ejemplo. 

  Neoplasticismo. 
De origen holandés, el grupo que lo desarrolló recibió el nombre de “De Stijl” (el estilo) debido al nombre de la revista en la que trabajaban sus componentes y en la que publicaban sus escritos. Fue una prolongación de los valores estéticos el constructivismo, aunque sin su ideología y compromiso político. Demostraron su intento por aunar disciplinas en proyectos completos. Diseñaban el edificio y el interiorismo (muebles, colores de las paredes, colocación de los mismos…) en un mismo proyecto porque entendían que no eran conceptos distintos. Con ánimo de huir de las referencias naturales recurrieron a las formas geométricas puras y a los colores saturados, especialmente los primarios y el negro para dar contraste. Sus principales componentes fueron Theo van Doesburg, y Piet Mondrian.




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