lunes, 30 de marzo de 2015

ESCUELA MEXICANA DE PINTURA




Terminada la lucha armada conocida como la Revolución Mexicana de 1910, fue inminente la reconstrucción y pacificación del país, trabajo que el entonces presidente electo General Álvaro Obregón, en el año 1920, encomendó a José Vasconcelos al nombrarlo como Secretario de Educación Pública. Sin embargo, José Vasconcelos, intelectual reconocido y respetado, se enfrentó al problema de cómo educar a un pueblo cuya gran mayoría de las personas era analfabeta; la respuesta la encontró en el arte, ya que éste aportaba una serie de cualidades que lo hacían una vía idónea para esa labor de restauración de la identidad y afirmación de la doctrina de la revolución.
Es así como nació en México el primer movimiento latinoamericano de arte, contrario a los dictados de un academicismo ya obsoleto: “el muralismo”. Esta corriente, que abarcó prácticamente medio siglo, de 1920 a 1970, fue una respuesta que puso al arte y la cultura al servicio de la sociedad y del gobierno revolucionario mediante el trabajo en los muros de varios edificios públicos para plasmar sus ideales, señalar y denunciar a los explotadores del pueblo trabajador, de los campesinos y los obreros. En estos trabajos destacan artistas como: Diego Rivera, José Clemente Orozco, David Alfaro Siqueiros y Pablo O’Higgins.
Paralelo al movimiento muralista surge otro en la pintura de caballete, que agrupó artistas que coincidían en muchos de los intereses del propio muralismo, conocido como la Escuela Mexicana de Pintura y Escultura. El término ha sido producto de la necesidad analítica de historiadores y críticos por referirse a una etapa específica de la producción plástica de los artistas nacionales y extranjeros que trabajaron en México desde los años veinte hasta fines de la primera mitad del siglo XX, con secuelas posteriores. Esta corriente buscó crear conciencia social de nuestra identidad así como el entender la grandeza de las culturas mesoamericanas a través de la representación y continuidad de la tradición de la pintura costumbrista y de paisaje, pero que, influenciados por los movimientos sociales armados como la propia Revolución Mexicana de 1910, buscó enaltecer un nacionalismo o, para decirlo mejor, un meso-americanismo que se defendía ante las posturas internacionalistas que surgían como vanguardias de la posguerra venidas de los países imperialistas o de las grandes potencias.
La mayoría de los pintores de esta época se vieron inmersos en el muralismo, aunque nunca abandonaron la obra de caballete. En sus creaciones, utilizaron elementos y alegorías que reflejaban lo que ellos consideraban la “esencia de la nacionalidad”, como la asimilación de la historia prehispánica y la inclusión de elementos propios del arte popular, conformando así una meta común que permite considerar este período como uno de los más importantes en la historia del arte nacional, considerado como el “Renacimiento mexicano”.


Se agrupa en esta "escuela" a pintores de muy distintas edades y contextos, que aunque tenía una visión plástica totalmente opuesta, concebían su trabajo pictórico como una nueva representación del "ser mexicano", con énfasis en lo popular y en lo mítico. 
Uno de los exponentes más interesantes de esta escuela fue el paisajista jalisciense Gerardo Murillo (1875-1964), mejor conocido como el Dr. Atl.
Durante su vida Murillo dio mucho de qué hablar por su fuerte personalidad y su genio, pero también por su tórrido romance con Carmen Mondragón, mejor conocida como Nahui Ollin (nombre que él mismo le puso). 
El Dr. Atl fue un pintor reconocido en todo el mundo: se dice que él diseñó el telón de cristal elaborado por la Casa Tiffany de Nueva York para el escenario del Palacio de Bellas Artes.

Generación de la Ruptura
 Es el nombre que dio la crítica de arte Teresa del Conde al conjunto de artistas mexicanos y extranjeros radicados en México, que en la década de los 50 comenzaron a reaccionar contra lo que percibían como los gastados valores de la Escuela Mexicana de Pintura, la cual aglutinaba a los muralistas mexicanos (David Alfaro SiqueirosDiego Rivera y José Clemente Orozco entre otros) cuya temática nacionalista, izquierdista y revolucionaria había sido la corriente artística hegemónica en México desde el estallido de la revolución mexicana en 1910. La generación de la Ruptura incorporaba valores más cosmopolitas, abstractos y apolíticos en su trabajo, buscando entre otras cosas expandir su temática y su estilo más allá de los límites impuestos por el muralismo y sus ramificaciones. Es de hacer notar que el movimiento no fue jamás organizado ni definido, como tal se daba de modo bastante espontáneo, no era deliberado y las relaciones entre sus miembros fueron más bien informales.
Pintores reconocidos en la actualidad perfilaron en este movimiento, entre ellos: Vicente Rojo AlmazánJosé Luis CuevasRoger von GuntenAlberto Gironella,VladyJuan SorianoLilia CarrilloArnaldo CoenPedro CoronelEnrique EcheverríaManuel FelguérezFernando García PonceBrian Nissen, Gabriel Ramírez,Kazuya Sakai y Gustavo Arias Murueta, también tuvieron interlocución con los llamados modernistas solitarios Carlos MéridaRufino TamayoGünther Gerzo,Mathias GoeritzWolfgang Paalen; María Teresa Vieyra, Gilberto Aceves Navarro y Francisco Toledo son considerados a veces como integrantes de esta generación. Todos y cada uno de ellos crearon un estilo particular en sus pinturas y revolucionaron el arte en México.2 Además encontraron un "defensor" literario en la figura del escritor y periodista Juan García Ponce.
Rufino Tamayo fue un artista pionero en romper la conexión que tenía con el movimiento muralista, pero no perteneció a la generación de la Ruptura. Sus pinturas eran siempre muy coloridas, con detalles mexicanos muy propios de sus obras. Su temática era el hombre y los objetos que lo rodeaban. Destaca por sus sandías.
José Luis Cuevas asistió a la edad de 10 años a la Escuela Nacional de Pintura y Escultura “La Esmeralda” en la Ciudad de México. Posteriormente estudió grabado con Lola Cueto en el Mexico City College. Aunque no es un pintor abstracto, fue un opositor a la llamada Escuela Mexicana de Pintura. Escribió el artículo "La cortina del nopal", que dio voz a las inquietudes de los artístas jóvenes de México. Sus obras se caracterizaron por retratar figuras humanas con características muy grotescas y siempre utilizando una gama de colores muy limitada.Se unió a los jóvenes pintores entre los que estaban Alberto Gironella, Enrique Echeverría, Pedro CoronelManuel Felguérez y Francisco Icaza, todos, posteriormente parte del movimiento de la Ruptura. Sus trabajos incluían el dibujo y el grabado. Desde muy joven expuso en galerías de Los Ángeles o Nueva York impulsado por el Jefe del Departamento de Artes Visuales de la OEA, José Gómez Sicre.
Pedro Coronel nació en Zacatecas y desde 1950 en adelante él se convierte en un reconocido pintor en México y en el mundo. Sus pinturas estaban basadas en figuras humanas, paisajes u objetos con una presentación geométrica y muy colorido.
Günther Gerzo fue un magnífico pintor abstracto inserto en el geometrismo. Todas sus pinturas son grandes planos de color con formas geométricas. Sus pinturas eran muy emotivas.
Arnold Belkin llegó a México a los 18 años atraído por el muralismo. Tuvo varias etapas figurativo, expresionista y finalmente usó la fotografía como lo había hecho Siqueiros y a partir de ahí descompone sus figuras.
Carlos Mérida fue un gran pintor guatemalteco que vivió por un largo período en México, e igual que Tamayo fue precursor del alejamiento con los temas de la llamada Escuela Mexicana de Pintura. El también utilizó el arte abstracto para romper esquemas pero con un toque diferente a los demás, se inspiró en la arquitectura maya con representativas características en sus pinturas. Toda su obra la hizo en México y fue parte de los pintores que utilizaban el abstracto figurativo, y estuvo cercano a la pintura de Miró.
Roger von Gunten nació en Suiza y como ya era de costumbre llegó a México. Fue figurativo abstracto con una paleta de color muy estridente.
Vlady es el pseudónimo de Vladimir Kibalchich Rusakov pintor ruso afincado en México. Creó una nueva técnica de pintura llamada impasto. Esta técnica consiste en poner grandes plastas de pintura encima de otras para crear un efecto de profundidad. Además de dominar con maestría la técnica veneciana del temple de huevo. Fue un gran exponente del grabado calcográfico con lo que fuera la característica madre de La Ruptura, el uso del abstracto figurativo.
Cordelia Ureta no perteneció a esa generación, pero desde antes pintaba de manera abstracto en lo que más importaba era el color, en otros momentos regresaba a lo figurativo, sin ser realista en las cuales tenía grandes capas de color.
Remedios Varo fue mejor dicho surrealista, no abstracta. Realizó en México su obra más esplendorosa. La clase de pintura que ella creó fue llamada alucinaciónpor sus alocadas características y personajes.
Alberto Gironella fue un innovador de su tiempo. Su obra fue tan propia de él que creó un nuevo estilo llamado ensamblaje. Este estilo constaba en crear una obra con partes de otras. Trabajó con una temática española, debido a sus antecedentes. Las Meninas, la reina Mariana, pero también Zapata fue motivo de su pintura.
Mathias Goeritz nació en Alemania y aunque es reconocido como arquitecto y escultor su inspiración viene de los dibujos y arte de otros artistas plásticos. Proyectos tan famosos como la Ruta de la Amistad para las olimpiadas del año 68 en México, La “Osa Mayor” en el Palacio de los Deportes y las “Torres de Satélite” en México.
Gustavo Arias Murueta es un artista plástico mexicano dedicado a la pintura al óleo, el grabado y el dibujo. Arias Murueta colaboró con otros artistas en la realización de un mural colectivo para apoyar las demandas estudiantiles durante el Movimiento de 1968 en México. El mural fue una obra improvisada realizada sobre láminas de zinc corrugado que cubrían las ruinas del monumento a Miguel Alemán Valdés.
Vicente Rojo Almazán, nació en Barcelona en 1932. En 1949 llega a México donde estudia pintura y tipografía y realiza durante más de cuarenta años una extensa obra como pintor, escultor, diseñador gráfico y escenógrafo. Ha colaborado además en la fundación de editoriales, suplementos culturales y otras aplicaciones. En 1991 recibió el Premio Nacional de Arte y el Premio México de Diseño.
Estos son algunos de los artistas participantes en lo que se ha denominado La Generación de la Ruptura en México, con la que se marca el comienzo de la nueva era del pensamiento artístico, sin seguir los estándar de academias o de sociedades. En la opinión del arquitecto y escultor Fernando González Gortázar deberían de ser incluidas Ángela Gurría y Helen Escobedo.

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